Teatro - 12 hombres sin piedad

Un joven de origen modesto es acusado del asesinato de su padre y se enfrenta a la pena de muerte. El jurado, compuesto por doce hombres, se retira a deliberar e inmediatamente procede a votar: once votan culpable. Sin embargo, la decisión debe ser unánime. El jurado que votó inocente explica que tiene dudas y que la vida de un hombre merece unas horas de debate. En lugar de buscar exonerar, este jurado simplemente quiere asegurarse de que las pruebas sean verdaderamente incriminatorias. Quiere ser convencido. Por su parte, los demás jurados no se exponen a ser convencidos de nada. Su único objetivo es demostrarse mutuamente que tienen razón. De hecho, 12 hombres sin piedad no presenta una lucha entre dos convicciones opuestas, sino entre una convicción y una duda.

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